A partir de los 5-6 años quieren elegir su ropa. Hace tiempo que dejaron de ser bebés y la mayoría de los niños empiezan a expresar sus propios deseos y gustos. Los padres tendrán que ir acostumbrándose a dejarles decidir solos.
Enseñarle la ropa adecuada para cada estación del año o para cada ocasión es parte de este aprendizaje.
Uno de los conflictos en esta edad es el “papá no quiero ese pantalón o mamá solo quiero este vestido”. Algunas ideas para evitar los enfados son:
- Es un buen momento para que nos acompañen a comprar su ropa y les permitamos ciertas “licencias” sin convertirnos en esclavos de sus caprichos. Estableceremos un límite que no podrán saltarse, puede ser algo así: “te hacen falta unos zapatos para el colegio, elige entre estos tres que hay en esta vitrina”. Podremos sorprenderles con la camiseta del superhéroe de turno o las zapatillas de moda en su cumpleaños para celebrar logros como los buenos resultados escolares. Trasmitiéndoles la importancia que tiene esforzarse para conseguir las cosas y el respeto que tenemos a su gusto.
- Ofrecerles opciones según su edad y grado de madurez. No es aconsejable poner al pequeño delante del armario y preguntarle que ropa se quiere poner. Siempre que prime el sentido común (no sería lógico dejarle salir en verano con bufanda), se puede respetar la elección del pequeño: su gusto no tiene por qué coincidir con el de sus padres.
Una serie de estrategias les ayudará a ser buenos “estilistas”:
- Mejor dos o tres opciones. En vez de “¿Qué te quieres poner hoy?” se puede preguntar: “¿Quieres ponerte este jersey o la rebeca? Limitar las opciones facilita al niño la elección.
- Sólo elecciones posibles. Si está lloviendo y hace frío, en vez de preguntarle qué quiere ponerse hoy, tiene más sentido decirle: “Hoy está lloviendo, ¿quieres ponerte las botas de agua o prefieres las camperas?”
- Dar información y ser firmes. Los niños deben tener la información necesaria antes de tomar su decisión. A Pablo le encanta ir en manga corta, y su madre le ha dicho que dentro de casa, que hace calor puede. Pero si quiere salir a la calle, debe ponerse un jersey y la cazadora. Aunque parezca reiterativo, la madre de Pablo tiene que asegurarse de que el niño lo ha entendido. (Una buena forma de comprobarlo es pedirle que repita lo que se le ha dicho).
- Dejarles equivocarse y premiar los éxitos. Aprenden por el sistema de ensayo -error, es decir, debemos permitir que nuestros hijos tomen decisiones aunque se equivoquen (déjale salir con las botas de agua un día de sol y recomiéndale que lleva también las deportivas). No olvidemos felicitarles cuando la decisión es acertada.
Los niños que saben elegir…
- Son más responsables porque aprenden a asumir las consecuencias de sus actos y a pensar antes de actuar.
- Resuelven mejor sus problemas porque saben que siempre existen varias soluciones y buscan opciones.
- Ganan en autoestima. Al dejarles elegir, sienten que su opinión es importante, por lo que mejoran la imagen que tienen de sí mismos.
- Tienen menos rabietas. El proporcionarles información sobre lo que va a pasar y hacerles partícipes del proceso hace que la frustración, en caso de no conseguir lo que quieren, sea menor.