EL CASTIGO ES EDUCATIVO?

 

El castigo es educativo. A pesar de la mala política que últimamente tiene, los profesionales enseñamos a los padres a hacer un uso educativo del castigo. Consiste en  retirar algún privilegio o aplicar algo que al niño no le gusta cuando queremos que una conducta disminuya o desaparezca.

Vamos a definir cómo aplicarlo para que sea educativo:

  1. El castigo debe aparecer lo más próximo posible a la conducta que queremos que disminuya.
    • NO: «Si sigues contestando mal, no irás a la excursión del mes que viene»
    • SÍ: «Cada vez que grites durante la cena, tendrás 5 minutos menos de tu tiempo de videoconsola»
  2. El castigo debe ser similar en intensidad a la conducta que queremos que disminuya.
    • NO: «Si no recoges los juguetes ahora mismo, cojo una bolsa y van todos a la basura»
    • SÍ: «Vuelvo en 10 minutos y lo que no esté recogido, lo retiraré. Mañana, cuando recojas te los devolveré»
  3. Cuando castigues elije algo que sea negativo para tu hijo, no supongas que lo va a ser. Para esto tienes que hablar con él y saber qué le gusta y qué no.

El castigo mal aplicado:

Hay padres que suelen utilizar el castigo mucho y cómo única forma de corregir la conducta. Los padres de niños «hipercastigados» se quejan de que todo les da igual. No es así, simplemente cuando le retiras todos los privilegios piensan «da igual lo que haga, me van a castigar» y actúan en consecuencia. Si es tu caso planteate la necesidad de usar el refuerzo con más frecuencia y revisa las claves que hemos descrito en el párrafo anterior.

El castigo es educativo si se alterna con refuerzos a los comportamientos adecuados.

Esto es p.e. alabanzas «qué bien has recogido hoy tu habitación», «me encanta ver lo mayor que eres vistiéndote sólo, lo haces tan bien que tenemos tiempo para jugar juntos un rato».

Te dejamos la intervención sobre el castigo en ATREVETE