Enseñarle a decir que no, desarrolla capacidades tan necesarias como: oponerse a lo que no le gusta, elegir lo que quiere hacer, no depender de la opinión que los demás, defender lo que le parece justo o ser persistente para conseguir lo que se proponga. Estas son solo algunas de las habilidades que se adquieren cuando se sabe hacer. Cabe recordar que, el adulto que escuchó NO es emocionalmente más inteligente que el que siempre consiguió lo que quiso.
A decir no se aprende escuchándolo, cuando entorno a los dos años oyen “esto no” se produce la rabieta pertinente y del manejo que los padres hacen de esta situación dependerá el desarrollo de las habilidades de las que hablábamos antes. A muchos padres les cuesta decir “no” a sus hijos pensando que eso les convierte en malos. Todo lo contrario, las consecuencias de no hacerlo son nefastas para el desarrollo de su inteligencia emocional. Algunas son:
- No defiende sus derechos.
- Espera a que los demás le den órdenes y le digan lo que tiene que hacer.
- Sus opiniones no son tenidas en cuenta.
- Usa expresiones como “lo que prefieras”, “como tú digas”…
- No mira directamente a los ojos.
- Muestra baja autoestima.
Y/o también:
- Ansía lograr lo que quiere cuando él quiere.
- No le importan los sentimientos de los demás y no respeta sus derechos.
- Puede humillar o intimidar.
- Utiliza la violencia para resolver.
- Usa expresiones como “tienes que hacer”, “te obligo a…”.
- Mira de forma altiva o agresiva y mantiene una postura intimidatoria.
- Habla en voz alta y gesticula ampliamente.
- Pierde el control con facilidad porque se frustra rápido.
Si el niño ha escuchado el no sabrá utilizarlo cuando llegue el momento: “lo siento, pero no lo voy a hacer”, “no me parece bien que te metas así con Juan”, “entiendo que te enfades pero no voy a prestarte mi tablet”, “ya veo que no te caigo bien, pero eso no te da derecho a insultarme”, “me lo paso bien sin beber, gracias pero paso”, “ no estoy de acuerdo contigo, eso no me parece justo”, “no contéis conmigo para lo de esta noche, pero mañana podemos vernos en el partido”, “lo siento, no pensé que pudiera sentarte tan mal que no te ayudara con las tareas”. Es fácil imaginar todas las situaciones que tendrá que enfrentar y lo importante que es tener recursos para hacerlo.